El polifacético limón
IMAGINE un
producto que sirva como remedio, desinfectante, artículo de limpieza y
tratamiento de belleza; un producto que sea comestible y rico en aceite
esencial, y cuyo jugo se pueda beber; un producto que venga en un empaque
atractivo, esté disponible en todo el mundo y sea barato. Es probable,
incluso, que usted tenga uno en su cocina. ¿De qué estamos hablando? Del limón.
Se cree que el
limón es originario del sureste asiático. De allí empezó a viajar
gradualmente al oeste, hacia el Mediterráneo. El árbol que lo produce, el
limonero, prefiere el clima templado, razón por la cual se da tan bien en
países como Argentina, España, Italia y México, además de en zonas de África y
Asia. Dependiendo de la variedad y la región, un árbol maduro rinde anualmente
desde 200 limones hasta la asombrosa cantidad de 1.500. Las variedades
cultivadas florecen en distintas temporadas, por lo que hay cosecha todo el
año.
El
limón echa raíces en Italia
Si los antiguos romanos cultivaban o
no limones es una cuestión muy debatida. Se sabe por algunos
registros que conocían la cidra, otra fruta de la familia de los cítricos muy
parecida a un limón grande. Por ejemplo, en su obra Historia Natural, el historiador romano Plinio el
Viejo menciona específicamente el árbol de cidra y su fruto. Pero, según
destacados especialistas, los romanos también conocían el limón. ¿Cómo llegan a
esa conclusión? A partir del gran número de frescos y mosaicos en los que parece
observarse esta fruta y no la cidra. Un caso lo tenemos en una villa
desenterrada en la ciudad de Pompeya, a la que muy apropiadamente se llama “la
Casa del Huerto”. Se la conoce con este nombre porque está decorada con
frescos en los que aparecen varias plantas, entre ellas un limonero. Cabe la
posibilidad, sin embargo, de que se lo considerara un árbol exótico destinado
exclusivamente a fines medicinales. En realidad, no hay manera de
saber si su cultivo era fácil ni lo extendido que estaba.
Aunque la isla
de Sicilia, con sus largos y cálidos veranos y sus suaves inviernos, se ha
convertido en el líder italiano en la producción de cítricos como el limón, hay
otras regiones —sobre todo costeras— donde también se cultivan limones de
calidad superior.
Al sur de Nápoles se ubica el bellísimo pueblo de
Sorrento, y más al sur, la costa de Amalfi: un espectacular corredor de
40 kilómetros (25 millas) al borde del mar. Enclavados en pequeñas
ensenadas que salpican el litoral, se encuentran los pintorescos pueblos de
Amalfi, Positano y Vietri sul Mare, por mencionar solo algunos. Tanto Sorrento
como la costa de Amalfi producen limones con indicación geográfica protegida,
un certificado que garantiza que realmente provienen de esa región. Los
lugareños cuidan celosamente sus árboles, y no es para menos, pues han
tenido que usar su ingenio para plantarlos sobre empinadas laderas, en terrazas
donde estos se bañan de sol y entregan a sus dueños limones jugosos y
exquisitamente perfumados.
No hace falta
mucho espacio para tener un limonero en casa. Basta un balcón soleado, ya que
los limoneros enanos crecen bien en tiestos. A estos hermosos árboles
ornamentales les gustan los lugares llenos de luz y sin viento, y prefieren
crecer contra una pared. Eso sí, en caso de que la temperatura baje demasiado
en invierno, hay que cubrirlos o guardarlos bajo techo.
Más
que un sabor
¿Acostumbra
usted usar limones? Hay quienes le añaden una rodaja a su té; otros utilizan la
ralladura o unas gotas de jugo en recetas de repostería; además se pueden
exprimir para preparar limonada, y los chefs de todo el mundo siempre los
tienen a la mano y los emplean de una y mil formas en la cocina. Ahora bien,
¿alguna vez se le ha ocurrido usarlos para desinfectar o sacar manchas?
Muchas personas
desinfectan sus tablas de picar frotándolas con la mitad de un limón, y limpian
o desmanchan el fregadero con una mezcla de jugo de limón y bicarbonato de
sodio en vez de cloro. Y se dice que medio limón dentro del refrigerador o
del lavavajillas elimina los malos olores y deja un aroma a fresco.
El limón es rico
en ácido cítrico, un conservante natural que aporta un gusto agrio a los
alimentos y bebidas. La piel y la corteza blanca, por su parte, son ricas
en pectina, un espesante, emulsionador y gelatinizante utilizado en la
industria alimentaria. Además, de la piel se extrae un aceite muy apreciado por
dicha industria, así como por la farmacéutica y la de cosméticos. En fin,
la lista podría seguir y seguir. Como vemos, el limón no solo es una fruta
llena de color y sabor, sino también muy polifacética.
La Vitamina C
La vitamina C es vital para el desarrollo y el sostén del cuerpo. Afortunadamente se encuentra en muchos alimentos, como en los vegetales de hoja verde, el tomate, el pimiento, la grosella negra y la fresa. Los cítricos —entre ellos el limón, obviamente— son una de las principales fuentes de esta vitamina. La cantidad que contiene un limón depende de diversos factores, como por ejemplo, las condiciones climáticas que existían durante el desarrollo del fruto, el grado de madurez cuando se cosechó e incluso su ubicación en el árbol.
En algunos países, la dosis diaria recomendada para adultos saludables es de unos 100 miligramos. Un limón de tamaño promedio aporta la mitad de la dosis.
La Vitamina C
En algunos países, la dosis diaria recomendada para adultos saludables es de unos 100 miligramos. Un limón de tamaño promedio aporta la mitad de la dosis.
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